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08 de octubre de 2005
PALABRAS DEL PRESIDENTE DEL CNE, JORGE RODRÍGUEZ, MINUTOS ANTES DEL ÚLTIMO ADIÓS
Antes de partir el féretro hacia el cementerio, el presidente del CNE, Jorge Rodríguez, dirigió unas palabras a los presentes en el funeral de Oswaldo Rodríguez

Antes de partir el féretro hacia el cementerio, el  presidente del CNE, Jorge Rodríguez, dirigió unas  palabras a los presentes en el funeral de Oswaldo Rodríguez, director regional del CNE en el estado Amazonas.

 

 “Estos no son momentos de palabras, no son momentos de declaraciones, ni de aspavientos, ni de gritos. Este es un momento de silencio. Del silencio que nos permita acordarnos íntimamente de Oswaldo. Del silencio que nos permita doblarnos en nuestras lágrimas, doblarnos en nuestros recuerdos, doblarnos en nuestra rabia, doblarnos en nuestra indignación. Este es un momento de silencio, pero de un silencio inmenso, indignado, que pueda ser escuchado en cada uno de los rincones de nuestra patria…"

 

“Este es un silencio que denuncia el vil asesinato de Oswaldo Rodríguez. Este es un silencio que se levanta como una pared, como un muro de decencia, de valentía, como un muro del heroísmo que significó el ejercicio, la vida y la muerte de Oswaldo Rodríguez. Este es un silencio que todos compartimos. Que no se nos olvide nunca la muerte de Oswaldo Rodríguez. Este es un silencio que nos permite acompañarlo hoy en esta hora en que lo conducimos a su reposo final, pero que sobre todo nos permite mantenerlo con nosotros. Nos permite no olvidarlo nunca más. Nos permite tenerlo presente a cada minuto, a cada obstáculo que se nos presente,  a cada riesgo que tengamos que correr, a cada dificultad, a cada insulto, a cada vilipendio, a cada infamia, a cada alegría, a cada momento feliz que nos corresponda a esta institución y a cada una de las personas que estamos en esta institución".

 

“Ese  es nuestro deber. Es nuestro deber dejar a Oswaldo con nosotros. Es nuestro deber  que se mantenga en estos pasillos. Es nuestro deber que nos acompañe. Que nos acompañe en nuestra acción. Que nos acompañe en nuestra dignidad. Que nos acompañe en nuestras decisiones. Que nos acompañe en nuestra rabia y en nuestro miedo, y que nos acompañe en la alegría inmensa que sentimos de vivir…"

 

“Este es un momento de silencio, pero un momento de silencio que haga temblar de miedo a los asesinos. Que haga temblar de miedo a los asesinos que amenazan a los funcionarios del Consejo Nacional Electoral. Que haga temblar de miedo a los que nos atacan, que haga temblar de miedo a los que nos amenazan. Es el silencio de los hombres dignos. Es el silencio de los hombres decentes. Es el silencio de los hombres de paz. Es el silencio de los que mueren con dignidad. Ese es el silencio que les exijo en estas horas, que les exijo en estos minutos..."

 

“No tengan dudas que nos van a seguir atacando. No tengan duda que nos van seguir agrediendo, no tengan ninguna duda de que van a intentar enlodar la figura, la memoria, los días y la muerte de Oswaldo Rodríguez. Frente a esa infamia. Frente a esa indecencia. Frente a esa putrefacción, que ya lo empezamos a ver en algunas declaraciones de algunos personeros, le vamos a responder con el silencio que no nos va a permitir retroceder ni un milímetro en nuestro desempeño. Que no nos va a permitir doblegarnos en nuestra acción, sobre todo ahora que contamos con este Oswaldo que se queda más vivo que nunca con nosotros. Sobre todo ahora que tenemos esa arma poderosísima. Sobre todo ahora que no permitiremos que enloden, que agredan, que vulneren al Poder Electoral…"

 

“Sobre todo ahora que contamos más que nunca con Oswaldo. Pueden seguirnos atacando, pero ahora somos más fuertes que antes. Pueden seguirnos agrediendo, pero ahora hemos crecido más. Somos más grandes de lo que éramos antes, porque ahora nos acompaña este soldado silencioso, este amigo, este compañero, este hermano que se llama Oswaldo Rodríguez…"

 

“No hay forma, no hay manera, no hay palabras que me permitan acercarme al  dolor que sienten ustedes los familiares, la viuda, los hijos, el padre de Oswaldo Rodríguez. No puedo. Yo lo viví en carne propia. No hay palabras que se acerquen al dolor que yo sé que ustedes sienten en este momento. No hay manera de decirles otra cosa que todas nuestras manos están tendidas hacia ustedes. Que todas nuestras almas quieren acercarse a las almas de ustedes en este momento. Que ojalá toda nuestra ternura pudiera derramarse sobre ustedes y cuidarlos y acompañarlos, y ese es nuestro compromiso…"

 

“Cuidarlos y acompañarlos, no como hubiera hecho su padre, no como hubiera hecho Oswaldo. Pero con toda la fuerza que tenemos como institución, como personas, como mujeres, como hombres, sientan que esa fuerza es para ustedes, sientan que nuestro silencio y nuestras palabras son para ustedes. Para que no se sientan solos en momentos difíciles. Para que nos sientan cerca, para que sientan que nunca los abandonaremos…"

 

“Quiero pedirles disculpa. Pedirles desde lo más hondo de mi corazón profundas disculpas por no haber podido cuidar más a Oswaldo. Por no haber podido cumplir con mi obligación de cuidar a esta institución y de cuidar a los funcionarios de esta institución. Pero les prometo, les juro, por mis hijos, por mi padre muerto, les juro que vamos a encontrar a quienes lo asesinaron. Les juro que los vamos a castigar. Les juro que no se van a escapar aunque se escondan debajo de las piedras. Los vamos a encontrar, los vamos a capturar y tendrán que pagar por el terrible crimen que cometieron…"

 

“Yo decía que este es un momento de silencio. Tiene que ser el silencio que permita escuchar el ruido de las piedras. Tiene que ser el silencio del ave solitaria que transcurre sobre el mar. Tiene que ser el silencio que nos permita escuchar el crecimiento de esa semilla, la germinación de esa semilla que hoy vamos a sembrar y que seguro dará un árbol de amables frutos. Ese árbol que nos hace más  fuerte, más decente. Ese árbol que nos permitirá seguir adelante. Ese árbol  que se llama Oswaldo Rodríguez…

 

“Hay un poema que alguna vez Pablo Neruda leyó con motivo del entierro de un ser muy querido. Ese poema me ha acompañado a mí, por muchos años, y yo quería compartir algunos versos con Oswaldo, y con ustedes…"  

 

“De las viejas cocinas de tu patria. En las rutas polvorientas, algo se dice y pasa. Algo vuelve a la llama de tu dorado pueblo. Algo despierta y canta. Lo que hoy dicen tu nombre, lo que de todas partes, el agua, de la tierra, con tu nombre, otros nombres callamos y decimos, porque el fuego no muere".

 

"El fuego no muere Oswaldo. Como dijo otro poeta la muerte se cansó contigo. Aquí te quedas. Un abrazo”.